La desertización y la sequía van en aumento.
Bien implantadas en las zonas áridas del planeta, van ganando terreno poco a poco.
El 17 de junio de 2021 es el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía.
Es un día que nos toca muy de cerca, porque toca una misión muy querida para Lécopot: preservar nuestro suelo.
La desertización, un fenómeno que no hay que subestimar
La desertización amenaza al 40% del planeta.
Según la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD), la desertificación es «la degradación de las tierras en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultante de diversos factores, entre ellos las variaciones climáticas y las actividades humanas».
Esto se debe a varios factores, entre ellos un clima ya de por sí hostil (caluroso y seco) y la mano del hombre. La contaminación desempeña un papel en este fenómeno, pero también la desvegetación masiva (madera y otra vegetación que no se vuelve a plantar) y el desarrollo de tierras agrícolas sobreexplotadas.
La desertización afectará al suelo en profundidad.
Se empezará por modificar la superficie del terreno. Al agua le resultará difícil penetrar y se escurrirá por la superficie. La fertilidad y estabilidad del suelo se verán afectadas.
Se produciráerosión, tanto hídrica (cuando el agua arrastra trozos de tierra) como eólica (cuando el viento arrastra tierra, rocas o arena).
Por último, el suelo se saliniza como consecuencia de un riego inadecuado, lo que provoca la esterilización.
La esterilización del suelo es, por tanto, una consecuencia de la sequía y la desertificación. Pero la cosa no queda ahí, ya que los humanos también se ven afectados, con la imposibilidad de cultivar alimentos. Condiciones perfectas para epidemias de hambruna…
La ONU calcula que para 2045, 250 millones de personas estarán en peligro y 130 millones tendrán que huir del hambre y la sequía a causa de la desertificación.
La concienciación como principal solución
Este problema se detectó hace muchos años y cada vez está más extendido.
Los países del Norte de África están preocupados, y desde entonces se han puesto en marcha soluciones.
La desertificación es un proceso que avanza paso a paso, y sólo la intervención humana puede remediarlo.
La primera solución esconcienciar, educar a la gente sobre el problema y cuidar nuestro suelo.
La salud de nuestros suelos es importante. Nos alimentan, filtran el agua de forma natural, ayudan a regular el clima y almacenan carbono.
Las técnicas de restauración del suelo pueden aplicarse a varios niveles:
- revegetar el terreno plantando árboles (y otro tipo de vegetación). El suelo será más rico y captará más agua, pero estará menos suelto.
- restauración de humedales y creación de zonas acuáticas como estanques
- Crear cortavientos para evitar la erosión eólica construyendo dunas artificiales o plantando vegetación adecuada en las dunas vulnerables.
Lo más importante es preservar los bosques y las zonas plantadas, ya que tienen un gran impacto en la calidad del suelo, su mantenimiento y la acción del agua.
También puedes echar una mano al suelo empobrecido añadiendo compost, que le aportará nutrientes adicionales.
¿Y los retretes secos?
Los inodoros secos con lecho biocontrolado funcionan sin agua. Hay tantas cosas que puedes hacer con esta agua aparte de defecar en ella…
El compost producido al vaciar los retretes secos nutrirá el suelo, ya sea para plantar o simplemente para enriquecer la tierra desnuda.
El compost está lleno de nutrientes para el suelo. Mejorará su estructura, así como la penetración y retención del agua. Así se evitará la erosión. El compost también mejora la salud de las plantas, haciéndolas más resistentes a las enfermedades.
Por tanto, nutrir el suelo es una solución que todos podemos aplicar.
Más información sobre
inodoros secos de compostaje
Juntos, preservemos nuestros espacios verdes, tan esenciales para nuestro planeta y para la humanidad.
Fuentes :
https://www.cairn.info/mediterra-2009–978272461109-page-137.htm?try_download=1
https://www.fondation-nicolas-hulot.org